Natalia, literal, construye su proyecto de vida con ladrillos y cemento

La sonrisa de Natalia es el reflejo del amor que tiene por su formación y la realización de su sueños.

En La Dorada, ciudad del Magdalena Caldense está ubicado el Centro Pecuario y Agroempresarial del SENA Caldas, plantel al que llega cada mañana en su motocicleta Natalia Rodríguez con el propósito de culminar con éxito el Técnico en Construcción, desvirtuando de alguna manera que este oficio es solo para hombres.

La caldense es oriunda de Norcasia, municipio ubicado a unos 44 kilómetros de La Dorada, localidad donde se desempeñaba en algunos temas de construcción, lo que le permitió ganar experiencia y amor por el oficio.

“Para mí es un honor ser una mujer que le encanta la construcción, me apasiona desde la obra negra, la obra gris y la blanca, en general todo lo que tiene que ver con la construcción”, puntualizó Natalia.

Y aunque Natalia tiene que lidiar con humedades, polvo, entre otras situaciones, tiene claro que la vanidad, no es un impedimento para trabajar en este campo.

El objetivo de Natalia es certificarse e ingresar a una empresa para seguirse destacado como una mujer en el mundo de la construcción.

“Siempre tengo mis elementos de protección, pero aun así estoy peinada, me cuido el cabello con la monja, mis uñas con los guantes, soy una mujer vanidosa y trabajar la construcción no es un impedimento para serlo”, agregó la aprendiz.

Por su parte Germán García, compañero de Natalia, ve con muy buenos ojos el hecho de formarse codo a codo con una mujer. “Natalia nos ha demostrado que ellas también pueden trabajar dentro de la construcción, el hecho de que sean detallistas le imprimen a su trabajo mayor perfección”

Natalia es un ejemplo de cómo el SENA fortalece las habilidades, resiliencia y la identidad de las mujeres para generar más y mejores oportunidades para ellas, sin discriminación y con equidad.